Este mes de septiembre destaca momentos relevantes dentro de la historia y devoción a la Virgen María, como el día de su nacimiento, el día de la asignación de su nombre, el día de la Virgen de las Mercedes y el Día de la Virgen de los Dolores, una imagen y advocación muy representativa porque más que reflejar los sufrimientos de María en la Pasión de su Hijo, muestra su carácter valiente, constante y paciente. La imagen de La Dolorosa, resulta ser el rostro más humano de la Virgen, quien más que mostrarse coronada y llena de gloria, se muestra de pie junto a la cruz y aún con el corazón abierto por el dolor, no huye del sufrimiento, sino que permanece fiel a Jesús.
Es también durante su desgarradora tristeza que la Virgen María recibe las siguientes palabras por parte de su hijo Jesucristo:
“Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: “Mujer, he ahí a tu hijo”. Luego dice al discípulo: «He ahí a tu madre” Jn 19, 26-27. Un momento clave para dar origen a la creciente veneración a la Virgen, practicada por los fieles creyentes católicos.
Esta escultura que podemos apreciar en la Sala de Arte Sacro del Museo de la Altagracia, Alejandro E. Grullón E. son de tipo “candelero” o de “bastidor”, ya que pueden ser una talla completa o incompleta, sólo con brazos y cabeza, porque su principal objetivo es mostrar prendas de vestir.
La figura de la Dolorosa nos recuerda que el amor verdadero no se quiebra ante las pruebas y nos enseña que el dolor no es el final, sino un lugar donde nace la esperanza y Dios también se hace presente.